miércoles, 29 de marzo de 2017

SEC, la Mafia del Águila (Supreme Eiye Confraternity)

Ya en el 2015 surgía la alerta ante el creciente poder de estas redes, que colonizan el espacio de otros grupos. De la prostitución han ampliado negocio a la heroína, las estafas, el blanqueo y el fraude. Se desarrollaron varias operaciones contra esta organización en España, especialmente en Cataluña y Madrid.


Comienzan con la recaudación generada por la prostitución, que oscila entre los 350 a 500 euros por cada esclava sexual. Ese dinero, multiplicado por 200 o 300 chicas, constituye la primera inversión de una trama que irá sumando ceros a esa cantidad gracias al dominio de varios negocios ilícitos, todos ellos parte de un gran engranaje opaco y criminal, cada uno de un sector diferente.

La mafia nigeriana está recortando posiciones en todo el mundo y en España con un creciente poder, desplazando a otras organizaciones clásicas como las colombianas o las turcas. La propia Europol reconoce en varios de sus informes anuales cómo estos grupos se han ido asentando en España, Italia, Países Bajos o Estonia, entre otros lugares, controlando los mercados de la cocaína, el tráfico de personas (niños incluidos) o las estafas.


Uno de sus logos
Estos potentes grupos criminales se han formado sobre todo en las universidades de Benin City, quizá la ciudad más peligrosa de África, donde sólo pueden acudir unos pocos privilegiados. Muchos de ellos acaban formando parte de sociedades secretas como la Supreme Eiye Confraternity, cuyo símbolo es un águila, y esas sociedades se convierten a su vez en organizaciones criminales, pero formadas por miembros de la élite social nigeriana.

En el mismo año se juzgó a un grupo en la Audiencia Provincial de Madrid dedicado a la extorsión, entre muchos otros negocios. Este grupo del águila tenía rituales como beber la sangre de todos sus miembros para entrar en él, y salir de ahí sólo podía significar la muerte. Según la Fiscalía de Madrid secuestraron al menos a dos compatriotas para extorsionarles, porque fundamentalmente eran una banda delictiva. Valentín Osaro Ugboke era el nigeriano que lideraba esta banda en España, hasta que fue detenido. Durante una lucha interna por el poder de la banda en España, ocho miembros de su familia fueron quemados vivos en Nigeria como represalia.

Son muy violentos y van en aumento
Son las bandas que más crecen. Las operaciones contra grupos nigerianos han aumentado de un 7% a un 15% en los últimos años y ya han conseguido usurpar negocios ilícitos a las bandas latinas.
Con la prostitución consiguen un flujo de dinero continuo sin esfuerzo. Las chicas tienen una deuda que puede llegar hasta los 60.000 euros con sus proxenetas por el viaje a España, aunque acaban pagando mucho más antes de lograr escapar de la calle. Algunas de ellas incluso se convertirán en mamis cuando tengan demasiada edad para prostituirse, y esclavizarán a las que vengan después.

Furgonetas cargadas de todo tipo de productos viajan en barco desde Valencia hasta Lagos (Nigeria).
Imagen: El Mundo

El vudú siempre está acechando: se les hace un ritual en África, otro en el viaje a Europa y diversos recordatorios ya en España. El beneficio para los líderes de la banda es doble: además de conseguir dinero tienen toda la semana para dedicarse a otros delitos, porque el miedo al vudú hace que no tengan ni que preocuparse de vigilarlas. Con el dinero que recaudan, estos grupos compran miles de números robados de tarjetas de crédito y débito a hackers de Europa del Este, que son los mejores en este campo. Y gracias a esa información adquieren, siempre vía Internet para no dejar huellas, todos los productos electrónicos que pueden, siempre caros, saqueando las cuentas hasta que sus usuarios se percatan y anulan la tarjeta.

El circuito del dinero
El viaje del dinero de esta particular sociedad anónima continúa. Con esos productos electrónicos ya en su mano, el objetivo es venderlos por el máximo dinero posible. De nuevo internet es el mejor lugar para ello, según explican los investigadores. Unos productos existen, y en ocasiones otros son un vulgar timo. Su beneficio está basado en la masificación, pues siempre hay un porcentaje de las estafas intentadas que consiguen su finalidad. 
Con lo que obtienen, cientos de miles de euros, hacen un doble negocio: compran furgonetas viejas, pero que aún funcionan, y las llenan de todo tipo de mercancía: champán, aceite barato, balones de fútbol, tendederos de plástico, televisores... Las llevan al puerto de Valencia y sellan los maleteros con puntos de soldadura.
Así consiguen algo parecido a un contenedor con ruedas. Cuando tienen suficientes furgonetas para que merezca la pena el viaje, ponen rumbo a Lagos, donde esa mercancía viaja en los propios vehículos para ser revendida en los mercados de las grandes ciudades. Si aún funcionan, incluso revenderán en Nigeria esas furgonetas, y el beneficio será total.
El círculo se cierra con una nueva inversión en Nigeria, que servirá para comprar más mujeres y volver a empezar la ruta del dinero. Sin embargo, no se quedan en estos negocios las redes criminales africanas. Tienen muchos más recursos con los que hacer dinero.

La heroína
La heroína es uno de los negocios en los que están despuntando. Contra lo que se suele pensar, no sólo en Afganistán se cultiva opio para fabricar heroína. En Nigeria se cultiva un opio que pese a su peor calidad, se ha hecho un hueco importante en el mercado español.
Las redes nigerianas establecen contactos con los clanes dedicados a vender droga en España y utilizan a sus propias mulas para introducir la sustancia atravesando el Sahel.
Todo este dinero de la droga regresa a Nigeria en secreto. Estas mafias tienen sus propios sistemas de envío de efectivo al margen del fisco o las transferencias bancarias. Se basa en el sistema islámico de la hawala (cable en árabe) y permite enviar grandes cantidades de dinero a Benin City, el cuartel general de los grupos criminales. Se le entrega la cantidad a un proveedor en España (en grandes ciudades como Madrid o Barcelona practican este sistema aprovechando comercios regentados por compatriotas) y el emisario recibe un código.
En Nigeria, alguien acude a otro proveedor y, con ese mismo código, dictado por teléfono, retira la cantidad previo pago de una pequeña comisión. Estos grupos criminales no dejan sus beneficios en España, todo lo transfieren hacia la matriz de la organización.

Un centro comercial
Y la mayor prueba de que todo el dinero acaba de vuelta en África es de las bandas especializadas en los timos de las cartas nigerianas. Es la estafa clásica a la que se dedican estas redes.

Reportaje sobre la estafa o carta nigeriana

El envío masivo de e-mails que anuncian herencias o premios de lotería es tal (puede superar los 10.000 diarios) que alguien acaba picando en algún lugar del mundo. Por supuesto, nunca cobrará nada, pero a cambio de la promesa de, por ejemplo, recibir 10 millones de euros de herencia, acabará soltando unos cuantos miles en impuestos hasta darse cuenta del engaño.

uicio al conocido como "Prince". Imagen: El Mundo
Los beneficios son tan grandes que al jefe de una banda desmantelada por la Guardia Civil le hallaron los planos del inmenso centro comercial Plaza Norte (en San Sebastián de los Reyes, Madrid), porque pensaba construir una réplica en Nigeria y retirarse allí como empresario. 
La llamada banda de Prince, por su parte, juzgada en la Audiencia Nacional, se estima que al menos estafó 13 millones de dólares a cerca de 20 personas, utilizando la complicidad de un empleado del Deutsche Bank, que usaba una sucursal de La Castellana, en Madrid.

Artículo del diario El Mundo

Todo ese dinero se reinvertirá en el tráfico de personas, y no sólo en prostitutas, sino también en inmigración ilegal y en lo más cruel de todo: los niños ancla, bebés arrebatados a sus madres que cruzarán durante dos o cuatro años el Estrecho en pateras, en brazos de desconocidas, que al llevar a un bebé como si fuera su hijo no podrán ser expulsadas y pasarán a formar parte del círculo vicioso.

Fuentes consultadas:
El Mundo
El País
La Sexta TV

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